Gracias a la Vida, he podido coincidir con la experiencia de personajes únicos quienes aportaron a mi perturbada mente los datos necesarios para descifrar lo indescifrable. Ahora, lo perturbador se volvió regocijante, tan es así que puedo reconocer la sangre en el asfalto, las balas enterradas en los muros, las huellas del más temible ser humano... sin sentir rencor u odio.
Es por eso, hermano, que el conocimiento es desastroso cuando se le priva de amor.
L.A. Pablos
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